sábado, 11 de septiembre de 2010

Inercia.



Cuando caminaba mucho, su cuerpo se empezaba a hacer muy, muy pesado, y la ley de la inercia hacía efecto en él resistiéndose así a moverse del lugar en el que se encontraba. Esto llegaba a tal punto que su cuerpo se hacía más pesado que toda la tierra y se quedaba totalmente quieto, pero como quería seguir caminando, hacía un esfuerzo tremendo, y comenzaba a girar la tierra con sus pies. Toda la tierra giraba hasta que el lugar al que quería llegar, o mejor, las cosas a las que quería llegar llegaban a él. Nadie nunca se dio cuenta de que todos y todo era movido por sus pies; para los demás, él sólo estaba caminando. Las verdad es que él tampoco se dio cuenta nunca de esto: lo único que él sabía era que llegaba siempre muy, muy cansado al lugar que quería llegar.

El Diablo Fu

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