viernes, 20 de abril de 2012

¡Cuán grande es un corazón!



¡Cuán grande es un corazón!
Guardas allí tus tristezas, y tus verguenzas.
Están guardados también tus orgullos, tus alegrías.
Las palabras dichas, y las que no dijiste.
Las palabras que te dijeron, y las que quisiste escuchar.
Hay allí las cosas que lograste, y las que no hiciste.
Tus sueños, tus anhelos y esperanzas.
Cada sonrisa, cada lágrima, está guardada en tu corazón.
El programa que amabas ver, la comida que preferías sobre todas las demás,
y tu canción favorita.
Cada persona que pasó por tu vida, y que en realidad nunca se fue,
porque sin saberlo, se quedó atrapada en ese músculo que no olvida.
Están tus padres, tus hermanos, tus amigos.
También guardaste, sin saberlo, a los que menos quisiste,
a los que te hicieron daño.
En tu corazón está el lugar en que naciste,
y la montaña que visitas cuando estás pensativa.
En mi corazón están las calles que recorrí contigo,
el regalo que me trajiste, y el que te llevaste.
Tus ojos, tu cabello despeinado,
tu voz única entre todas las voces, inconfundible,
y tu risa de niña inocente y traviesa.
En mi corazón encuentro el día que te conocí, y la esperanza de volverte a ver.
El corazón, tan pequeño como el puño de tu mano, es un bolsillo que parece no tener fondo.
Tan grande, que no entiendo cómo cabe en mi pecho.
Tan grande, que allí dentro estás guardada tú.

El Diablo Fu

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